147. El Colgado en el Referencial de Nacimiento

Yo tengo a este arcano, Le Pendu, El Colgado, en la casa II en mi referencial de nacimiento. La casa II es la de la búsqueda, el ideal. ¿Quiere decir que mi ideal es sacrificarme por los otros? En absoluto. Pero si el amor incondicional. Una de las cosas a las que me agarro, o que me sujetan, aunque sea cabeza abajo y por un solo pie, es mi sentimiento por Manuel, al que no quiero renunciar; a pesar de que hoy en día sea muy débil, porque ese sentimiento siempre se ha sostenido en su expresión y yo cada día me siento más parca. Tengo muy pocas cosas que decirle y ya me he devanado demasiado los sesos por encontrarlas. Mi ideal también era liberarme de los yugos que me oprimían. Y hubo un tiempo en que puede decirse que lo logré: ser feliz. En el sentido de querer lo que sucedía. Mi ideal también tenía que ver con la aceptación: de las cosas, como eran, y de la forma de ser del otro. Y, sin duda, mi ideal era cierto desinterés por las cosas mundanas. Yo soy muy poco mundana. Y también, ese año, tenía a este arcano en la casa VIII, la de la transformación. En ese sentido, me gusta lo que expresa Colleuil, cuando dice que ese arcano, en un momento dado, muestra lo que podemos hacer con el sufrimiento y cómo transmutarlo. Colleuil parte de la hipótesis de que el sufrimiento moral es creatividad bloqueada. Aunque no ignora que el sufrimiento moral con frecuencia se somatiza. Pero es que yo también tengo a Le Pendu en la casa X, la de las experiencias y los fracasos. De ahí mi necesidad de expiación, de mis faltas. De ahí mis renuncias. De ahí mis miedos y mis sentimientos de culpabilidad. De ahí, algo más mundano a pesar de que yo no lo sea, mi odio por la muchedumbre. Igual es que soy algo misántropa. Pero también de ahí mi despertar, liberador. Y, por último, tengo a Le Pendu en la casa XII, la casa del testamento, del valor personal de transmisión. Esta búsqueda de mis raíces. Que, en el fondo, quizá sea el significado más arquetípico de Le Pendu.