La llegada de Fresy Cool (180)

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EL ENCUENTRO CON PLEONASMO CHIEF

Hace un par de horas llamaron al timbre y salí a recibir Fresy Cool. Ella llevaba una sudadera morada de Nike. Y, después de entregarme el paquete, no me miró a la cara ni una sola vez, a pesar de que me pidió los datos. Ahora acabo de firmarlo. Lo hago debajo del nombre de Antonio J. Rodríguez. Paso página. Está dedicado a L (raya). Y el índice es muy curioso. Alguna vez creí entenderle a Luna que esta era una de las obras ¿míticas? de la generación millennial. Pero no recuerdo donde leí o escuché la referencia concreta. Comienzo a leer y reconozco el barrio de Maravillas. Ahí era donde el hermano de Manuel tenía su espacio de arte. Y cerca de ahí me quedé yo aquella noche, la que pasé en la calle de la Palma 47, entre las cucarachas. Si llego a saber que estas pueden introducírsenos por el oído me cago viva. Pero lo ignoraba. Él va a llamarse Pleonasmo Chief. He tenido que buscar lo que son las dos cosas. Chief es jefe en inglés. Y pleonasmo es una figura retórica. No sé, quizá el quería expresar de esa forma que era el puto jefe. Luego está eso de encontrar tu lugar en el mundo, que también decía Carlos. (Creo que voy a pasar un tiempo con este libro). Puede que yo encontrara el mío en Toledo, en aquella cueva maravillosa que habité. Pero vamos a centrarnos en el lado feliz de los acontecimientos, dice. Y leo y tengo que recordar que aquí Luna estaba enamorada de él. Pero es literatura, indudablemente. Lo que yo no sé hacer. Aunque este tampoco sería mi estilo. Y ya ha aparecido Lola Font. Su primera frase: «Creo que piensas mejor que follas.» Y luego: «Pero lo cierto es que no follas nada mal.» ¿No enterarse de la fiesta es un problema para leer un libro? Que solo vas a leer una vez. Porque el trauma que me produjo esta primera parte del primer capítulo yo no lo repito. Y de lo poco que entiendo, luego, rescato lo del prósopon. Creo que el prósopon es Pleonasmo, pero el Ibrahim B., que asoma en la página 28, es más de lo mismo. Finalizo la segunda parte del capítulo primero y, de todo, solo me quedo con que él habla con Lola Font a diario. Pero, a ver, por qué razón Antonio J. Rodríguez eligió ese nombre para ella. ¿Tiene algo que ver con la María Font de Los detectives salvajes de Bolaño? ¿Quizá porque en esa novela también existe un Jacinto? Bueno, eso quizá solo tendría sentido si Jacinto fuera el Oxidado, porque Luna deja al Oxidado por Ibrahim B. Pero, ¿qué hago yo volviéndome loca, tratando de poner orden en una cronología que no es asunto mío? ¿O eso es un proceso natural, dentro del hecho de que alguien te apasione? Por cierto, también me parece curioso eso de que María Font fuera Mara Larrosa. La-rosa. Porque yo pienso en Mundo adulto y en lo que leí acerca de esta «flor». Pero tal vez, la conexión sea el realvisceralismo. Lo que tendría mucho sentido y hablaría de la capacidad de penetración de Antonio J. Rodríguez. Leerlo creo que va a ser terrible. Tal vez porque yo no estoy interesada en él, la verdad.

Post Scriptum: Recibo un correo de Luna antes de que el casero se vaya a trabajar. Algunos medios han rectificado las cosas horribles que se inventaron y que dijeron de ella -dice. Y yo estoy a punto de escribirle esta estupidez: «Da igual lo que se inventen, Luna, tiene que dar igual. No podrán contigo, lo sé. No te cambiarán ni un ápice.» Afortunadamente espero hasta las dieciséis y dieciséis, para enviárselo, pero antes lo borro. Porque qué narices es eso de que da igual. No da igual nunca. Si alguien miente sobre ti eso es un libelo. Si es por escrito. Y si lo hace oralmente es calumnia. Esto debería haber dejado una huella en la carta natal. Aunque como yo no tengo su hora de nacimiento lo más posible es que no la vea. Voy a probar. El único tránsito que, a priori, se cierne sobre ella es la oposición de Urano al Mercurio natal. Que será efectiva, por primera vez, en mayo de este año. Conozco a alguien que este año pasado la estuvo viviendo. Se lanzó a un emprendimiento y tuvo que abandonar, porque todo se la comió viva. Normalmente hay intuiciones muy potentes, que se suceden, pero, paradójicamente, pueden estar demasiado alejadas de la norma, como para acertar. Pero si soy sincera, a mí me gustaría que la astrología no predijera nada. Porque así no tendría que hacer yo frente a lo que me espera.

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Otro camino: LUNA MONELLE (segunda parte)

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