Un esqueleto entre la hierba (208)

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EXTRAÑAMIENTO

Leer a Chantal Maillard me tranquiliza para seguir adelante con mi propósito o su ausencia: «Siempre me ha resultado grato deambular por lugares desconocidos donde la gente habla una lengua que no entiendo. ¡Qué descanso no entender! Recibir el habla como recibes el lenguaje de los pájaros, los grillos, el viento entre las hojas de los árboles, sin que la mente acuda con sus juicios. ¡Qué descanso no tener que emitir respuesta!» O poder asociar, digo ahora yo, lo primero que se te venga a la mente, que es lo que hacía ayer. Repetir, sí, «en voz alta», lo que sea inevitable. Pero dejarse ir, acompañada de otra soledad, que es lo que en el fondo quizá sea un blog: un esqueleto entre la hierba. Diciembre de 2007. Voy a ello. Aquí ya asoma Oxidao. Quizá estuviera antes y no me di cuenta. Se proyectan sombras sobre una pared. Y se espera que la luz no la traspase a una. A veces jugar al escondite con el que mira es un epílogo. En la casa de Valente una litrona se apoya en el suelo. Sabina podría escribirle una canción a esas piernas. Y también a la mujer de esa taza, que alberga la habitación. Con su erotismo recatado. Largo cabello negro, tímida mirada. El antifaz es pues un motivo que se repite. Pero, ¿quién es el hombre del cigarrillo? ¿Y cómo es que Luna ha perdido con el tiempo el incendio de sus mejillas? Disuelve el miedo en tu corazón, pero eso escrito en latín: Soluite corde metum. ¿Por qué interrogo Dido? Ella bella en albornoz. «Animales/ suspendidos -dice- en el péndulo/ del jardín.» El tema es la muerte. Eso no es nuevo. O no son nuevas las letras con las que está escrito. Alternando mayúsculas y minúsculas. Lo que es señal de «conflicto». Aquí Luna se «queja», porque aparece en una antología con un poema que escribió a los catorce años y del que ella no guardaba memoria. Y críticamente dice que lleva cuatro años hablando de lo mismo: sangre, espejo, entraña, fantasma. Para acabar por agradecer de un modo encantador esa presencia. Habla además de Niza y lo hace en color. Un color que contrasta con el tiempo que vive. E Ibrahim le deja un mensaje. Le pide que no sea tan dura consigo misma y le dice que nos duele su autoflagelación. Pero yo creo que Luna se hace bien a sí misma, autoexigiéndose. Por eso ha progresado tanto, no por rendirse a la autocomplacencia. Pero el poema tenía un nombre realmente sugerente Arquitectura efímera. Que de algún modo me traslada a las casas pasivas de The curse, la serie de SkyShowTime que estoy viendo estos días. Y que protagoniza Emma Stone, en el papel de Whitney Siegel. Esta está casada con un tipo que la tiene pequeña y que, además, es bastante cretino. Me pregunto qué series le gustarán a Juan. Hoy, al sobrevolar la ciudad origen, dice que pensó en mí, porque yo le contaba que nunca he volado. Y fotografió todo mi entorno desde el aire, para que yo pudiera conocerlo. Me pareció un detalle precioso y sentí que no me gustaría perder esta amistad que está naciendo, pero que sé que es difícil que pueda conservar.

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Otro camino: LUNA MONELLE (segunda parte)

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