Tu correo (7) EL AMOR ESTÁ DONDE ESTÁ EL AYER

.

Me decías que me había montado un blog monumental, aunque tú inconscientemente denostabas bastante la Red, pero que mi manera de ponerme en contacto contigo te había parecido audaz, aunque quizá dijiste valiente, y original y que eso te gustaba. Estabas contento porque ibas a vivir unos días lejos de las ratas y del laboratorio. Te ibas de vacaciones a algún lugar del Índico y creo que me preguntabas si yo podía adivinarlo. Hoy imagino que pensaría en Madagascar, por su riquísima diversidad, pero, entonces, te situé en las Seychelles, no sé por qué absurda razón. Porque yo ni siquiera había oído hablar nunca de las tortugas gigantes de Aldraba. Y lo más importante era que al regreso prometías ponerte en contacto conmigo.

Ni me lo pensé siquiera. Con una algarabía en mi pecho, la primera de las algarabías, griterío, bullicio feliz, de todas mis inquilinas, te escribí de nuevo. Como astróloga, y yo vivía con intensidad ese tema, quería saber cuál había sido tu día de nacimiento y tres cosas más, que te adelantaba serían suficientes, para idear la cita idónea para nosotros: tu película, tu música, y tu libro preferido. Y, luego, solo quedó esperar aquellos quince días por tu respuesta.

Enlazado en:

Historia: EL AMOR ESTÁ DONDE ESTÁ EL AYER

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar