La polla de él y su amor heterosexual (240)

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PERIPECIA

Hoy he visto a Luna sobre la camilla de su tatuadora, mientras Luna leía a Nabokov. Pero yo prosigo con la lectura de su poema Un amor español donde la dejaba la otra tarde. «ahora bien / ni siquiera eran gotas / solo los poros de la piel abiertos / encharcados / ¿eso cuándo fue? /» Es una ruptura abrupta con lo que veníamos leyendo. O es mi percepción. Grasa sobre la nuca de él, debido al sudor. Pregunta, después del beso que ella le da o que ellos se dan, por la calle, «¿pero eso fue dónde?» Ya sé que es un amor español, pero la ciudad a mí se me antoja París. Porque, luego, habla de una lápida… No, un segundo. O sí. Fue un 14 de agosto de 2022, cuando la sombra de Ernesto Castro se proyectaba sobre la lápida de Renée Vivien. Pero el yo lírico dice carmín sobre la lápida. Y después un juego de matices o palabras, en los que interviene la tinta. ¿Tan bello él, mirando a quién? ¿Qué edad puede ser realmente bella? ¿La edad en la que no se concibe la muerte, o en la que la muerte nos aburre, por demasiado próxima? Que es una idea de Kundera. Hubo un gemido. No era de Ernesto, él solo había hecho esa cama. Y se repite el término rico. La pregunta era: ¿iba a escribir ella, otra vez, sobre lo que la abuela de ella dice que ella escribe siempre? Y Luna lo confirma. Pero en este caso no era cualquier polla ni cualquier amor heterosexual, era la polla de él y su amor heterosexual. «tú atentabas reguetón / contra las ventanas / ¡tan bello bailar con quien ama! / ¡tan voluminosos los verbos!» Y besaron, besaron entre ambos los todos de un abecedario. Y la misma expresión que se repite. Rico, que debe ser sinónimo de umami, o quizá de dulce, quién sabe. Pero más allá del cuerpo. Y existe Aldonza, pregunta. En nuestra mente siempre. Y Lesbia -leo- fue el pseudónimo literario utilizado por Catulo, para referirse a su amante. Y estoy de acuerdo, claro, en lo que observa Ernesto, que lo importante es el sentimiento que los nombres propios dibujan. Yo sé poco de Catulo y no he leído más que el principio de El Quijote, pero me emociona el amor y el concepto de amada y el de amante. Luego ella utiliza la primera persona del plural del subjuntivo del verbo dir. En catalán nos habla. Decir. Trata de eso. De que la gente habla. «di / que eres mi amigo / tan bello tú / tan hispano /» Y se me ocurre, mala idea, malévola idea, que esto, en realidad, pudiera no serle dicho a Ernesto. No, imposible. Además, ¿en el texto Luna reflexiona sobre lo que pueda faltarle al poema? ¿Y qué llegó a creer? ¿Esa ausencia? ¿O juega al despiste con nosotros? Un día tengo que probar yo a escribir poemas sobre mis secretos. Para ver si así me siento segura y, también, si soy capaz de limpiar mi conciencia. Pero no creo que a ella nadie la jalee por quererlo, ni por querer a nadie. Aunque es una suposición absurda. Lo que me gusta es que él diga que ella es la mejor escritora viva, porque eso creo habérselo escuchado y es condenadamente bonito.

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Otro camino: LUNA MONELLE (segunda parte)

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