La tardía reseña del fanzine y el poema de Jacinto Castillo (203)

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FIDELIDAD

Vengo de leer un comentario de Jesús Valdivieso sobre Leer Mata. Creo que Luna también debería leerlo. Así que se lo haré llegar. Yo vuelvo al blog. Ya «sé» quién es Eva: una amiga. Alguien que forma parte del grupo de los que creo que Luna llama extraterrestres dorados, por la diferencia. Y porque Eva, sonriente, abre sus brazos. Pero, de nuevo, «La luz no basta». Ese poema de Valente, contenido en Poemas a Lázaro. «No me basta para mirar». Ahora es un mensaje en su mano. Luna dice que cree que lo ha acabado. Posiblemente su historia con Thomas. No lo sé. Quizá, después de todo, con su profesor. Aquí nunca sabes nada. Pero porque Luna siempre apela a nuestra imaginación. Fue un mal trago. Quizá la hipoglucemia, que ella decía que debe parecerse demasiado a la muerte, se la produjo ese mal trago. O, tal vez, que pasó demasiadas horas sin comer. Pero ya se había repuesto, cuando nos habla. El sombrero de Kepa Murua, escritor y editor, me trae al pensamiento el bombín de Sabina, la de Kundera. De nuevo las imágenes son muy buenas. Como la siguiente. Esa cera que se derrite por los dedos del chico que sujeta la vela. Hay un poema corto, a pie de imagen. Pero lo que más me interesa de él permanece en silencio. Y en el cuaderno, sin embargo, se produce una digresión. Hay una resta y un nombre. La resta arroja el resultado de veintisiete. El nombre es de Andújar Almansa. Aunque no recuerdo porque está en este punto. Supongo que tiene que ver con la siguiente entrada del blog: Espejos y espejismos, el fanzine. Andújar Almansa escribió mucho sobre Valente. También sobre otros. Y este artículo: ¿La luna o un anuncio de la luna? Para Litoral. Revista de la poesía y el pensamiento, 2015. Número 260. «Por eso le resulta difícil al poeta distinguir entre la auténtica luna u otro astro de neón fingido sobre la noche de Brodway.» Luna escribía tardíamente su reseña del fanzine, en el que se incluían versos, por ejemplo, de Aurora Luque, que había realizado una lectura en su instituto. Pero Luna elige mostrarnos un poema de Jacinto Castillo. También aquí me hago un lío porque no sé si él es el Oxidado. Pero prácticamente también me hago un lío, a veces, con mi propia vida emocional. Y sobre la etiqueta Desierto, estos versos: «Te encerraré en una jaula de plata junto al Unicornio. Así no volveréis a alimentaros de mi sal.» Supuestamente quien reciba el nombre de Unicornio y un insecto, que puede ser cualquiera. Atención: Peligro, dice el cartel. Y a continuación ese detalle del que ya hablamos: Luna siempre se olvidaba de regar sus plantas. Pero eso no justifica, creo, su Cólera azul. Instantes del cementerio de Niza, o que fue Niza, al fin y al cabo. A los que acompañan las palabras de Lewis Carrol. ¿Dónde soñar? -se preguntaba. Veo, ahora sí, un pedreo. Al que una niña pudo ser arrojada por el mar. En Gaviera ciega. Se entiende, entonces, aquel vaticinio. La entrevista que leo la firma Inés Matute. Pero parece que las respuestas de los padres de Luna van a confundirse o fundirse en ella. Transcribo la respuesta a la primera pregunta: «Desde la gavia vemos un horizonte difuso y atractivo, una promesa de tierra salvaje, una aventura. Cuando cae la noche, indagamos en las rutas ocultas de las estrellas. A veces conseguimos salvar las escolleras y evitar así el naufragio. Aunque tenemos que gritar para que alguien nos oiga, el paisaje y la sensación de libertad merecen la pena.» Indagación y Pliegos de la Ínsula Barataria, que sugerentes nombres, para una revista. Y esto es hermosísimo: «Salamandria sugiere el juego, la libertad, la risa, lo híbrido, lo anfibio, la permanente metamorfosis, eso es, la divertida contradicción. Luna sugiere la promesa antigua de alcanzar un sueño, sugiere el primer beso en una calle oscura, sugiere el futuro.«

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